En IR Radiant no nos gusta criticar por criticar, pero tampoco nos gustan los engaños. Y es que a veces, como dice nuestro título de hoy, no es ECO todo lo que reluce.
Desde hace unos años se han ido introduciendo en el mercado nuevos sistemas de calefacción que, como el nuestro, intentan hacerse un hueco en nuestros hogares y negocios, dando solución a las diferentes situaciones de cada usuario. Pero a veces, un mal uso o una mala gestión puede llevarnos a situaciones un poco esperpénticas, como muestra la noticia que podíamos leer en algunos medios de comunicación hoy mismo. En resumen, se cuenta que un pequeño pueblo jienense ha sido objeto, igual que Madrid y Barcelona, de un expediente sancionador por parte de la Unión Europea, por mala calidad del aire y presencia de contaminantes atmosféricos potencialmente cancerígenos. ¿Y a qué viene esto? Pues, al parecer, al uso indiscriminado de calderas domésticas de biomasa alimentadas con residuos secos de la aceituna, recurso obviamente abundante en la zona, y aparentemente del todo ecológico que ha generado un serio problema que ahora tendrán que afrontar.
El problema con las alternativas supuestamente ecológicas que ofrece el mercado, es que con frecuencia no existen, o no es conveniente sacarlos a la luz, estudios que profundicen en los efectos concurrentes o acumulados de dichos sistemas a medio y largo plazo. En este caso hablamos de índices de contaminación atmosférica producidos por la biomasa, pero podríamos hablar igualmente de las repercusiones de la misma en la agricultura, por los monocultivos extensivos dedicados a biocombustible y no a alimentación. O de los efectos de la geotermia en los acuíferos y aguas subterráneas. Y así hasta el hastío.
Tecnología ECO-friendly sin trampa ni cartón
¿Que por qué te cuento todo esto?. Porque quiero explicarte, al hilo de la noticia, lo que queremos decir exactamente cuando decimos que IR Radiant es un sistema de calefacción ecológica:
- que su consumo eléctrico es sensiblemente inferior a otros sistemas equivalentes existentes en el mercado como calefactores por aire, por aceite, o resistencias eléctricas.
- que, al no tener partes móviles, no tiene repuestos, por lo que no genera residuos.
- que tiene una vida útil proporcionalmente mayor que sus competidores precisamente por su falta de mecanismos susceptibles de avería.
- que al final de esta larguísima vida útil, son 100% reciclables, por lo que su incidencia en el medio ambiente es mínima.
Por eso no enorgullecemos de llamarnos ECO. Y por eso nos fastidia que el usuario no reciba cumplida información de lo que está comprando. Porque eso nos impide tomar decisiones informadas a la hora de elegir cómo calentar nuestras casas, o, ya puestos, cómo vivir nuestras vidas.